Con más de dos años de existencia, el Ministerio de Igualdad todavía no se ha pronunciado sobre las jóvenes musulmanas que lucen el velo islámico, según sus estatutos, para diferenciarse de las esclavas y 'mujeres de costumbres libres'. Si Aído no ha abierto fuego será porque no existe discriminación alguna en esta práctica religiosa; lo discriminatorio sería impedir a nuestros compañeros de convivencia que profesen su religión de forma digna.
Dice el TEDH que la presencia de los crucifijos en las aulas viola "la libertad de religión de los alumnos". Parece ser que todavía no se han dado cuenta de que la sociedad española es, en su mayoría, de confesión católica. El apoyo económico del Estado ya se le negó desde que Zapatero entró en el Gobierno pero lo de los crucifijos... es intolerable diga lo que diga la jurisprudencia del TEDH. La teoría dice que deben respetarse y apoyarse las confesiones de todos los ciudadanos pero en la práctica se esta llevando a cabo una persecución ridícula del cristianismo, al que los pueblos europeos deben su origen y cuyos principios representan el pilar fundamental del derecho que hace posible la supervivencia de los sistemas democráticos y liberales.
La exposición de los crucifijos no implica adhesión ni obliga a los 'observantes' a someterse a ningún ritual. Y quien ve una amenaza en ellos está claro que padece una obsesión insensata fruto de un enorme aburrimiento, además de ignorar que se trata del culto religioso con más participantes en el mundo occidental. En el contexto de una sociedad como la española y según los principios y valores que el gabinete de Aído promueve, resulta incoherente que apoye la reducción de prestaciones para los seguidores de la religión católica en defensa de una doctrina que promueve la inferioridad de la mujer en la vida social y su sumisión ante el hombre. ¿No es esto una forma de maltrato y todo lo contrario a la igualdad por la que este Ministerio trabaja?
Muchos se refugian en los casos de abusos cometidos por miembros de la jerarquía católica belga y hace unos meses la irlandesa. Un profesor de la UCM asegura que son los talibanes europeos. ¿No hay casos de pederastia en colegios laicos y hasta dentro de las propias familias? Se trata de un problema más allá de una religión, igual que el maltrato a la mujer no sólo se da en un contexto islámico. Generalizar a partir de casos puntuales es el peor de los errores en los que puede caer un Estado y una sociedad. Y Aído sin enterarse…
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